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Ve y pon un centinela.

Este año tuve la oportunidad de leer Matar un ruiseñor de Harper Lee y debo confesar que es mi libro favorito, hasta el momento, del año. La forma en que aborda temas como el racismo me gustó bastante, así como la forma en que el papá, Atticus, educa a sus hijos y los hace ver y reflexionar sobre muchos temas demasiado interesantes.
Por eso cuando me enteré que la autora había escrito un segundo libro que tenía relación con este, me emocioné muchísimo y lo leí. Desafortunadamente, me decepcionó bastante.
Por lo que averigüé, este libro fue un borrador de Matar un ruiseñor. Harper Lee escribió primero esta historia donde nos habla de la vida adulta de su protagonista para después enfocarse en su infancia, que es lo que leemos en el libro ganador del Pulitzer en 1961. Si lo tomamos solamente como un borrador, creo que para mi podría ser un buen libro pero como yo ya tenía grandes expectativas sobre esta obra fue una total desilusión.

La historia inicia con Scout regresando a casa y reencontrándose con su papá. El primer cambio que vemos en la obra me costó trabajo asimilar, pues fue una de las relaciones entre personajes que más me gustó y que más me hizo identificarme con ella. Después de esto me desanimó un poco y sentía que la historia iba a decaer muchísimo.
La primera parte en general se me hizo muy buena, con anécdotas y vivencias que nos muestran la forma en que se vivía en ese tiempo, los prejuicios y la forma en que la protagonista tiene una lucha entre lo que quiere y lo que debe hacer por el simple hecho de ser mujer. En esta parte volví a tener una conexión con ella y creí que el libro iba a ser muy bueno.

La segunda parte de la historia es cuando, para mi, todo decae. La protagonista se enfrenta ante una situación que al principio no es clara y te hace terminar odiando a Atticus, su padre. Durante esto, ella tiene una lucha interna y varias reflexiones que valen la pena pero fue fácil perderme y la lectura se hizo tediosa al grado que estuve a punto de abandonarla. Al final, entiendes el punto de por qué Scout pasa por todo ese proceso, pero es inevitable no quedarte con un mal sabor de boca.

Lo que menos me gustó fue la forma en que se pierde por completo la personalidad que te plantean en el libro anterior respecto a Atticus, que es una parte fundamental en la historia. Incluso hizo que Matar un ruiseñor decayera un poco, pues te sientes engañada ante la actitud del papá. Al final la autora solamente mantiene la personalidad de Scout como era en el primer libro y eso creo que es lo que lo termina por salvar para mi.

Si ustedes ya leyeron este libro, díganme que les pareció y si les gustó más, menos o igual que Matar un ruiseñor.

Foto tomada de Flickr.

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