Opinión

Inclusión y empatía como base para luchar por nuestros ideales.

Este año han pasado una cantidad de sucesos que han dividido opiniones e incluso nos han hecho reflexionar sobre la sociedad en la que vivimos. Tal vez esto existía o pasaba antes, pero yo lo he visto más presente en el reciente año.

Lo que más me ha sorprendido es ver la forma en que hablamos de otros, como discriminamos con tanta facilidad a cualquier persona e incluso nos creemos superiores por nuestro color de piel. Descubrir esto en personas con las que convivo o conviví en su momento, me ha hecho pensar muchísimo en todos los prejuicios y la forma en que estamos viviendo.

En los últimos años hay dos palabras que he escuchado mucho y que la mayoría, en algún punto, las hemos dicho: inclusión y empatía. Pero, ¿realmente las pones en práctica?

Durante el año he visto hablar a la gente y he hablado de temas como el matrimonio entre personas de ambos sexos, la adopción por parte de ellos, el aborto legal, el feminismo y los feminicidios, las diferencias políticas que vivimos en este año electoral y por último, los migrantes. Cada uno de estos temas tiene sus aristas y posturas por parte de cada quien; algunas son sustentables y válidas y otras más muestran las ganas que a veces tenemos de imponer nuestra opinión. Y el problema no es debatir sobre ello, si no que esto se lleve a otro nivel que termine en pleito, que no seamos capaces de entender que no todos pensarán como nosotros. Respetar la opinión de los demás y explicar nuestro punto de vista se pierde por completo cuando nuestros argumentos ya nos hablan de prejuicios y discriminación.

No todos tenemos que compartir el mismo pensamiento, pero sí debemos entender que todos vivimos una realidad distinta. Algunos  fuimos demasiado afortunados y contamos con cosas que damos por sentadas y creemos que la mayoría puede acceder a eso, pero no es así. Lo que para mi puede ser una necesidad básica para alguien más es un lujo que no se puede dar. Partiendo de ahí, podríamos aceptar y entender las diferencias de opinión que tenemos y a respetarlas. Abrir nuestra visión también nos hará ver desde otra perspectiva un mismo tema y a partir de ahí poder tener una opinión que incluso puede cambiar a la que teníamos antes o tener más bases para defender nuestra postura.

¿Y dónde queda la empatía y la inclusión? Cuando entendemos y aceptamos que no todos tenemos una misma realidad podemos generar esa empatía, pues estamos siendo conscientes de lo que viven otros y podemos ponernos en su lugar; la inclusión llega por añadidura porque como ya sabemos que hay otros mundos, los logramos incluir en el nuestro.

Viendo el caso de la caravana de los migrantes de Centroamérica, estemos a favor o en contra de la misma, si nosotros vemos las razones de por qué salen de sus países y nos adentramos en el tema (más allá de lo que nos dan los medios), vamos a generar una empatía con ellos. Aunque esta empatía no quiere decir que estemos a favor o en contra de lo que hacen, pero esto generará respeto a quienes la integran. Ha sido muy triste leer y ver que los mexicanos los tratan mal y los humillan (el caso de la persona que fue a fumigarlos mientras dormían). Si en algún punto nosotros logramos ponernos en su lugar, estas cosas no pasarían y buscaríamos otros medios para expresar nuestra opinión o buscar que no lleguen de esa forma al país. Y si estamos a favor, también el tener esta empatía nos ayudaría a apoyarlos y hacerles el camino más ameno.

En este momento donde todos fomentamos el odio y el enojo con nuestros comentarios, es bueno tomar una pausa y dar nuestra opinión desde otra perspectiva que en lugar de afectar más, en verdad ayude. He visto muchísimas personas dejándose llevar por su enojo y diciendo cosas que si se toman en otro contexto pueden terminar en algo peor y a veces simplemente es algo del momento que después no pensamos o no creemos que es tan grande. Estamos en un momento donde a través de estos sentimientos nos estamos dejando llevar y sin darlo cuenta promovemos aquellos en lo que estamos en contra.

Tomar consciencia de que todo lo que decimos repercuta en cierta medida, nos hará ser más responsables y poder entender el mundo en el que vivimos. Generemos un contexto y luchemos por lo que creemos sin imponer nuestras ideas.

 

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