Ayer estaba viendo un documental titulado “Seis grados” de National Geographic, donde explica que pasaría en la tierra si la temperatura se elevara 6 grados más.
Creo que ni siquiera ibamos por el segundo grado cuando una parte específica del documental me sorprendió porque mencionaba que un estadounidense promedio consume 3 hamburguesas de queso a la semana, y bueno, considerando el número de habitantes que tiene los Estados Unidos, son muchas hamburguesas no?
Según escuché por cada hamburguesa se producen entre 3 y 6.1 kg de CO2 que se liberan a la atmósfera. No parece tanto.. ¿verdad? Pero si lo multiplicamos por 3 (las que se consumen en promedio por persona tan solo en los Estados Unidos) tenemos 18.3 kg de CO2, y si eso lo multiplicamos por los 310 millones de habitantes, tenemos que a la semana se producen 5, 673, 000 toneladas de CO2 (esta cantidad suponiendo que en realidad sean 3 hamburguesas por semana de todos y cada uno de los habitantes de este país), pero aun así si fuera tan solo la mitad es una gran cantidad de CO2 liberados a la atmósfera, y esto solo por un producto y por un país, si pasamos a una escala mayor creo que son cifras en realidad enormes.
Y bueno, todo esto me puso a pensar en proyectos que se están realizando actualmente como granjas urbanas, o granjas verticales, azoteas verdes o incluso las macetas sembradas con algo en las casas.
Las granjas urbanas son crear espacios para cultivo dentro de las ciudades, algunos proyectos de los que he leido reutilizan espacios públicos para brindar a la población un espacio donde cultivar sus propios alimentos, también se propicia la socialización y actividades al aire libre, que creo ya no se realizan mucho en las ciudades.
Las granjas verticales son edificios diseñados para cultivar dentro de las ciudades, son rascacielos donde aparte de cultivar vegetales, o verduras, se cultiva energía, al contener celdas solares, y turbinas de viento, con estas tecnologías los edificios no consumirían energía, ayudando a reducir su propia huella ecológica. También tienen aprovechamiento de agua pluvial, reutilización de agua, etc.
Y bueno lo que se ha venido manejando de azoteas verdes, donde también se pueden implementar áreas de cultivo, o simplemente hortalizas caseras.
Creo que todas estas nuevas y no tan nuevas opciones para cultivar nuestros propios alimentos son muy buenas, ya que para empezar tienes el control y la seguridad sobre tu comida, sobre su origen, la frescura, etc, así como un ahorro económico y sabores más naturales.
También es una ayuda al planeta, al reducir la huella ecológica que se genera al transportar los alimentos por largas distancias.
En fin son opciones que sería interesante considerar, para mejorar nuestra calidad de alimentación y de vida, y ayudar a reducir nuestra huella ecológica.
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