Una de las bebidas más antiguas que se tiene en México es el pulque; la denominada bebida de los dioses pues era con la que se embriagaban los sacerdotes antes de realizar algún ritual. En su época prehispánica el pulque era solamente para las clases altas y para ocasiones especiales, es por eso que cuando los españoles conquistan México y dejan que el pulque pueda ser bebido por cualquiera, se tiene uno de los momentos con mayor auge en la historia del pulque.
Esta bebida siempre ha estado relacionada con la clase baja, ya que el costo de la misma es muy barato comparado a otras bebidas embriagantes. En nuestro país pasó por un momento donde eran mal vistas las personas que lo bebían y se denigraban las denominadas “pulcatas” pues eran conocidas como lugares “de mala muerte”.
En la actualidad el pulque ha tenido un gran auge; en primera por el movimiento que se está llevando a cabo para darle una mayor presencia a las bebidas nacionales, lo que nos representa como mexicanos y en segundo lugar por esta renovación que han tenido las pulcatas para entrar dentro del gusto de los jóvenes.
[quote_left]”Beber pulque para mi es toda una experiencia, que sigue representando todo un ritual entre la naturaleza y quien lo consume” [/quote_left]Las pulcatas han entrado dentro de una dinámica donde han cambiado su espacio, su temática e incluso le han dado otra consistencia al pulque para que los jóvenes se acerquen a estos lugares y empiece a ser una bebida predilecta para ellos. Una de las más grandes ventajas que tiene la bebida es su precio, ya que es muy accesible y por lo cual resulta un gran atractivo para los jóvenes, pues sale más barato comprar varios litros de pulque que cervezas.
Las “new pulcatas” como se les ha dicho, cambian sus espacios con imágenes atractivas, crean un ambiente donde podemos escuchar desde rock hasta música de banda; tienen un ambiente ideal para convivir y por supuesto beber, pero todas tienen la característica de dejar algo que represente lo mexicano, lo nacional. En algunos casos vemos que nos sirven el pulque en pequeñas cubetitas, que tienen botanas mexicanas o que las mismas imágenes con las que decoran el lugar están representando lo mexicano: las pirámides de Teotihuacan, la representación de algún indígena, imágenes de Zapata o de Villa, entre otras cosas.
En cuanto al cambio que ha sufrido la bebida, podemos ver que en general estos lugares rebajan el pulque con aguamiel, pues uno de los principales peros que se le suele poner es esa textura babosa que a muchas personas les desagrada. También el vender pulque curado, es decir el pulque de sabor, ha hecho que el consumo sea mayor pues ya no tiene ese sabor fuerte y tan marcado, pues se pierde con lo que se mezcle.
Beber pulque para mi es toda una experiencia, que sigue representando todo un ritual entre la naturaleza y quien lo consume. Los invito a que beban un vaso de pulque y nos cuenten su experiencia; si les agrada el sabor o no, que nos cuenten donde es donde lo tomaron, si lo volverían a tomar o incluso si al igual que a mí el pulque logró ser su bebida predilecta.
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