Hace un par de décadas, Intel se enfocaba completamente en procesadores e incluso era difícil pensar en separar la compra de un procesador y una tarjeta gráfica al mismo tiempo. Un poco después, Intel comenzó a agregar video integrado en su procesador y esto ayudó bastante a que creciera el mercado de las computadoras. Era más común ver computadoras en casa, ya fueran de escritorio o portátiles.
Sin embargo, esperar jugar algo en estas computadoras era algo que poco se pensaba. El poder del video integrado era muy bajo y aunque quisiéramos jugar títulos como Crysis, Quake o en algunos casos cosas sencillas como un Tony Hawk’s Pro Skater; no era tan sencillo lograr correr los juegos. Nuestra computadora nos marcaba algún error o simplemente no se ejecutaban. Y pensar en comprar una tarjeta gráfica para estas computadoras y para correr aún juegos sencillos, terminaba significando un gasto bastante fuerte y que no cualquiera podía asumir.
Al día de hoy, esto no ha cambiado tanto. Pensar en comprar una tarjeta decente para mejorar el desempeño de tu equipo significa estar dispuesto a pagar miles de pesos por algo decente. Ni hablar de pensar en mejorar el desempeño drásticamente o pensar en algún tipo de tarjeta de última generación.
Pero esto podría cambiar pronto. Intel lleva un par de años trabajando en una tarjeta gráfica dedicada, es decir una tarjeta externa al procesador y que no esté integrada en la placa base o el procesador. Y hace demasiado sentido, los últimos chips de video integrados en los procesadores cada vez eran más potentes. Pero no podían hacerle frente a tarjetas como las que desarrollan Nvidia o AMD. Dejando esto como una oportunidad de negocio para la empresa de los procesadores o un hueco que aprovechaban otras compañías; todo depende de cómo lo queramos ver.
Intel tiene listo el primer prototipo de esta y parece ya estar encendida y trabajando. Este prototipo tiene como nombre Intel Xe DG1, en donde DG1 significa “Development Graphic 1”, en español “Gráfica en desarrollo”. El siguiente paso es comenzar con las pruebas y pese a que el rendimiento sigue siendo el de una tarjeta de gama baja, habrá que tomar en cuenta que para competir con NVIDIA o AMD lo mejor para la compañía es escalar a partir de una gráfica pequeña e ir mejorando el rendimiento hasta llegar a competir con las gráficas de alto rendimiento. Esto permitiría que los desarrolladores de videojuegos se vayan adecuando a estas y al mismo tiempo, que esta vaya mejorando de acuerdo a las necesidades del mercado. En lugar de lanzar un monstruo con incompatibilidades y riesgos elevados en un principio.
Los rumores hablan de que las primeras tarjetas de Intel consumirán entre 25 y 50W de energía y que ofrecerán un rendimiento entre uno y dos TFLOPS. Que si bien es una décima parte del rendimiento que actualmente tienen las tarjetas enfocadas en el mundo del gaming, con los pasos que suele dar esta compañía, seguro no tardaremos en ver algo más poderoso y que sea una competencia directa a tarjetas de video como la NVIDIA RTX 2080.
Ahora, hay que recordar que todo siguen siendo rumores y que Intel no ha liberado información alguna sobre ninguna tarjeta gráfica. Así que podrían aún dar una sorpresa. Y sin fecha de lanzamiento para estas, aún hay mucho qué esperar del resultado final.
¿Qué opinas? ¿Te gustaría tener una tarjeta gráfica de Intel o seguirás comprando con alguno de los dos titanes actuales en el mercado? No olvides dejar tus comentarios aquí o en nuestras redes sociales.
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